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Es posible que a lo largo de la vida conozcas a algunas personas que sufran del llamado Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y no logres saber que lo padecen, debido a que los síntomas que presenta esta patología suelen solaparse con actividades comunes, o ciertas acciones pueden pasar inadvertidas y hasta pueden parecer normal. El hecho de hacer repetidamente las mismas cosas a lo largo del día, es una cosa que parece cotidiana en algunas personas, por lo que no le damos importancia ni lo vemos fuera de lo normal.
También es posible, que en medio de la agitación diaria no encuentres una asociación directa con las acciones que estarían “dentro de lo normal”, y las que parezcan extraordinarias, y esto es lo caracteriza al TOC.
En este trastorno, los síntomas suelen presentarse a causa de un estrés sostenido en la vida cotidiana o debido a factores psicosociales, lo que puede ocasionar no se perciba como lo que es, un trastorno mental o enfermedad neuropsiquiátrica; de manera que pasa desapercibida y no se emprende un tratamiento adecuado a tiempo.
¿Qué es TOC?
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) está definido como un trastorno mental que presenta dos condiciones: las obsesiones y las compulsiones. Está determinada por la constancia de pensamientos intrusivos, que son los pensamientos reiterativos que perturban la mente del paciente durante largos períodos, a pesar de ser conscientes de su presencia y de los intentos por olvidarse de ellos.
Varias son las razones que pueden desencadenar el TOC; entre las identificadas están, como se mencionó anteriormente, el estrés de la vida cotidiana y algunos factores psicosociales, dentro de los que se identifican las condiciones presentes en el trabajo, especialmente las relacionadas con la organización del trabajo. Estas pueden ser, las relaciones entre los compañeros del trabajo, la distribución de las responsabilidades, la carga horaria o turnos laborales. Todas juntas, una o una combinación de estas, pueden desencadenar en trastornos tanto físicos como mentales, y dentro de esos trastornos, se encuentra el llamado TOC.
una prueba que puede decirte si padeces de toc, puede ser tan fácil como ver la fotografía anterior y examinar si produce dentro de ti un sentimiento de rabia, de querer poner la tapa de la alcantarilla de forma correcta. Este ejemplo no determina el grado, pero sí, si tienes una ligera obsesión o trastorno.
Otros estudios relacionan la aparición del TOC con una etapa infantil marcada por una educación muy rígida y severa, o con hechos traumáticos como la muerte de un familiar cercano o amigo, enfermedades propias o en personas allegadas, maltratos y abusos, o eventos afectivamente significativos como divorcios, pérdida de un hijo, del trabajo, ruptura de una relación estable, pérdida de bienes, cambios traumáticos en las relaciones familiares, y un largo etc… entre otros.
En qué consiste el TOC
Para entender esta alteración podemos separar y describir mejor cada concepto, así entender y tener asertividad al momento de tratar con una persona que lo padezca o poder manejar mejor la situación si lo padecemos, ya que una de las condiciones que hacen difícil este estado es el diagnóstico profesional tardío.
La obsesión: está definida como la idea presente, insistente y fija en la mente de una persona, que a la vez se siente sometida por esa idea; es decir, la mente está centrada en un solo pensamiento. Una persona obsesionada no piensa en otra cosa sino en esa idea, que a veces suele ser una persona. Es probable que todos hayamos tenido esa sensación alguna vez en la vida, solo que, si permanece en el tiempo, estaremos frente a un trastorno.
Estos pensamientos fijos no son positivos para nadie en ningún contexto, ni en ningún aspecto, pues derivan en diferentes tipos de ansiedad que están asociadas a las fobias en todas sus variedades y formas.
Las obsesiones más comunes en personas con TOC son las fobias y miedos, como por ejemplo, a la contaminación, a no comportarse manera adecuada en el entorno social, a cometer errores o actos graves calificados como delitos, al peligro, ya sea por sí mismo o por las personas relacionadas, a ocasionarle daños a terceros, también está la necesidad de mantener el orden, la precisión, y, por lo general, se presentan dudas permanentes sobre todas las cosas que la persona realiza cotidianamente.
La compulsión: es una conducta que se desencadena producto de la obsesión. Esta obsesión, además, quien la padece puede presentar un comportamiento que rompe los esquemas habituales de una persona que en apariencia está sana pero no logra controlar sus acciones. Se convierte en una costumbre compensatoria que complace de forma inmediata la necesidad surgida a partir de la obsesión.
En cuanto a las compulsiones, las más comunes son los rituales que se ejecutan en respuesta a las obsesiones; así, si existe miedo a la contaminación, entonces la compulsión es lavarse las manos repetidas veces durante el día o en un mismo sitio, o limpiar las áreas donde se encuentra, usando productos y utensilios que desinfecten; si la obsesión es por mantener el orden, la compulsión es arreglar los mismos objetos, otras son comprar, acumular cosas y hacer cualquier actividad que complazca y satisfaga esa necesidad.
Los síntomas del TOC pueden aparecer a cualquier edad, aunque es más común en adolescentes y en adultos, a quienes afectan con mayor intensidad y llegar a producir una discapacidad.
De acuerdo con los especialistas que tratan esta patología: psicólogos y psiquiatras, las personas que presentan TOC, por lo general, tienen una baja calidad de vida, pues esta condición conlleva al agotamiento físico y mental, originando a su vez la incapacidad laboral de manera temporal o definitiva.
Las personas que sufren de TOC, por lo general, no revelan su condición porque no la reconocen, por lo que no se realiza ningún tipo de búsqueda de ayuda profesional, y este comportamiento alargado en el tiempo, suele hacer que la situación se agrave, hasta llegar a la depresión. Según investigaciones, los “toquianos”, como se les denomina a quienes padecen TOC, sufren de depresión una vez que se les diagnostica el trastorno, es decir, si el diagnóstico es temprano, la afectación ocurre igualmente por la consciencia del paciente de saber su condición de enfermo.
Tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo
Las personas con TOC deben recibir un tratamiento que combine la terapia psicofarmacológica, con la terapia cognitivo conductual. Ésta última, enfocada tanto en pensamientos como en conductas y que combine, además, técnicas de reestructuración cognitiva o nuevos modos de interpretar y valorar subjetivamente el entorno, además de técnicas de relajación y otras estrategias para afrontar la realidad con nuevas herramientas.
El especialista debe considerar el uso de antidepresivos que ejerzan su función en los neurotransmisores.
El paciente con TOC tiene una evolución crónica de la condición, pero con tratamiento adecuado y profesional puede presentar variaciones y mejoras en los síntomas externos.
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